lunes, 18 de febrero de 2013

El Vaticano y la desolación de Babilonia


El Vaticano se vio envuelto estos días en una nueva controversia en torno a su banco, al reconocer que el nuevo titular de la institución es también presidente de una empresa que construye barcos de guerra para Alemania.

Las autoridades de la Iglesia habían anunciado que, en uno de los últimos nombramientos de su papado, Benedicto XVI aprobó al ejecutivo Ernst von Freyberg como presidente del banco del Vaticano, conocido oficialmente como el Instituto para las Obras de Religión.

El nombramiento podría ser una de las últimas decisiones importantes de Joseph Ratzinger antes de que renuncie 
oficialmente a su papado el 28 de febrero. Esta semana Benedicto habría jugado sus últimas fichas.

Un informe elaborado por tres cardenales lo terminó de convencer de que era imposible limpiar el Vaticano, donde hasta la Cosa Nostra guarda sus fondos. La abdicación como manera de sacudir el tablero en la Iglesia.

Los expertos vaticanistas alegan que el papa Benedicto XVI decidió renunciar en marzo del año pasado, después de regresar de su viaje a México y a Cuba. En ese entonces, el Papa que encarna lo que el especialista y universitario francés Philippe Portier llama “una continuidad pesada” con su predecesor, Juan Pablo II, descubrió la primera parte de un informe elaborado por los cardenales Julián Herranz, Jozef Tomko y Salvatore De Giorgi. Allí estaban resumidos los abismos nada espirituales en los que había caído la Iglesia: corrupción, finanzas oscuras, guerras fratricidas por el poder, robo masivo de documentos secretos, pugna entre facciones y lavado de dinero y los casos de pedofilia. El resumen final era la “resistencia en la curia al cambio y muchos obstáculos a las acciones pedidas por el Papa para promover la transparencia”.

El Vaticano era un nido de hienas enardecidas, un pugilato sin límites ni moral alguna donde la curia hambrienta de poder fomentaba delaciones, traiciones, zancadillas, lavado de dinero, operaciones de Inteligencia para mantener sus prerrogativas y privilegios al frente de las instituciones religiosas y financieras. Muy lejos del cielo y muy cerca de los pecados terrestres. Bajo el mandato de Benedicto XVI, el Vaticano fue uno de los Estados más oscuros del planeta. Josef Ratzinger tuvo el mérito de destapar el inmenso agujero negro de los curas pedófilos (pero debido a la presión mediática) , pero no el de modernizar la Iglesia y dar vuelta la página del legado de asuntos turbios que dejó su predecesor, Juan Pablo II.

Se dice que la histórica, sin precedentes, dimisión de Joseph Ratzinger como Papa esta semana, fue obligada por la inminente acción de un gobierno Europeo, para la Pascua, de emitir una orden de arresto contra de Ratzinger y el embargo preventivo de las propiedades y activos del Vaticano. Debido a la precipitada abdicación del Papa Benedicto, la oficina central de ITCCS en Bruselas.

Estaremos atentos.